El mutismo selectivo es definido como un trastorno de la comunicación en el que el niño/a muestra una incapacidad persistente para hablar en una o más situaciones sociales y sin embargo es capaz de comprender el lenguaje y hablar en otra situaciones.
El mutismo selectivo se da mayoritariamente entre niñas y está sub-diagnosticado. Suele debutar antes de los 5 años y durante años puede nos ser diagnosticado porque no se identifica, a veces pasa desapercibido porque es transitorio y en otras ocasiones es banalizado o negado por el entorno. Los familiares describen a estos niños en su primera infancia como tímidos, pero con el paso del tiempo puede interpretar su silencio como una oposición, una provocación o un insulto y ya no como una actitud tímida y ansiosa. El riesgo de un mutismo persistente en la escuela es que, además de problemas escolares, el niño pueda ser rechazado por sus profesores e iguales.
A partir de la exposición de una introducción teórica y de un caso clínico se tratará de entender mejor qué es el mutismo selectivo. Síntoma que se puede encontrar en organizaciones diversas de la personalidad y que siempre es manifestación de una dificultad importante en la organización psíquica. Mediante la presentación del material trabajado en el proceso terapéutico con Lucia se tratará de poner palabras a lo no dicho, al silencio.
En este proceso vemos como en Lucia el mutismo hace referencia a una diversidad de situaciones, funciones, fijaciones y aspectos relacionales, lo que confirmaría que el mutismo selectivo ha de ser considerado como un síntoma. Síntoma relativamente uniforme, no exclusivo de una personalidad concreta, pero que evidencia la importancia de trabajar sobre la estructura de personalidad.