En la vida, la acción, más o menos cargada de emociones, es útil y utilizada por todos nosotros. Pero también observamos que existe acción sin objetivo especifico con importantes consecuencias para la vida de la persona.
Se tratará de abordar, en un dialogo entre teoría y clínica, la articulación de la capacidad simbólica y los actos de descarga, partiendo de diferentes interrogantes: ¿Que ha ocurrido para que no se pueda dar la posibilidad de tramitar las experiencias? ¿Que sucede cuando aquello inconsciente se repite y actualiza sin mediar representación psíquica? Cuando el acto no está asociado al trabajo psíquico, ¿qué pone de manifiesto?
Se planteará cómo la dificultad de simbolización y su consecuencias atraviesan diferentes estructuras y funcionamientos psíquicos, manifestándose de maneras diversas pero donde siempre prima el acto sobre la palabra. Todo ello se ilustrara a través de diferentes viñetas clínicas.
Primeramente se expondrá cómo entiendo que se genera la capacidad simbólica, y la importancia de ésta para estructuración del psiquismo, para luego pasar a las consecuencias relacionadas con los fallos en el campo simbólico, centrándome en el acto.
Cuando hablo de simbolización me refiero a un conjunto de procesos que se van dando a lo largo del desarrollo psíquico, y que a su vez afectan a la estructuración del mismo.
Cuando hablo de acto, pienso en el acto como lo radicalmente diferente a la acción específica que tiene objetivo determinado. Acto como la acción sin soporte de representación ni fruto de elaboración psíquica. Como una manifestación de respuesta al desborde de la angustia que es imposible de pensar, ni de decir, pero que también manifiesta su verdad, aunque ésta sea imposible de conocer. Lo que ocurrió o no ocurrió y no pudo ser representado, y por lo tanto no puede ser resignificado ni elaborado.
Acto, en el sentido más amplio, ya se dirija hacia adentro con producción de síntomas psicosomáticos, o hacia fuera por vía del paso al acto.